miércoles, 29 de febrero de 2012

Te he grabado una cinta de varios

Hace un par de días estuve de limpieza en mi antiguo armario y, además de encontrar mierda con más de veinte años, mis queridos fanzines y revistas, cartas y notas varias, aparecieron unos de mis más preciados tesoros: mis cintas de cassette. Aprovechando que se cumplen cincuenta años de su creación y que muchos conocen mi obsesión por este maravilloso invento, me apetece recordar ciertos momentos que seguro que serán familiares para muchos.


Creo que me pasé la mitad de mis años de adolescencia corriendo de la radio a la tele y viceversa para grabar cintas y cintas de VHS de canciones y vídeos musicales, y la otra mitad sentada frente a la minicadena grabando cintas de varios. ¡Ay las cintas de varios! o ese arte no reconocido de grabar un cassette recopilatorio. La gente pensaba que simplemente era juntar canciones, pero detrás había mucho trabajo. Primero había qué pensar bien qué grupos querías grabar, qué canciones significaban más para ti y después cuadrarlas en cada cara. Trabajo que yo hacía incluso con calculadora porque no podía permitir que sobrasen más de 30 segundos por cada cara. De hecho, es indescriptible la satisfacción que yo sentía cuando no sobraba ninguno, era como sentirse ninja. Y ya por último faltaba poner los títulos y que cupieran todos. Por suerte, gracias a mi minúscula letra, nunca tuve mucho problema con eso.
Está claro que con la era digital ahora todo es más fácil, se ha perdido un poco de romanticismo, pero que quede claro que yo sigo poniendo la misma ilusión y esfuerzo cuando grabo algo.

Espero que alguna de esas cintas siga viva todavía, guardada en una caja dentro en un trastero o por lo menos como adorno. Yo, mientras, me pregunto todas las noches de quiénes serían las cintas de mi lámpara.

viernes, 24 de febrero de 2012

No compilo

Cuando todavía no he salido de un bucle, me encuentro completamente atrapada en otro nuevo, un bucle infinito dentro de otro. Esto me recuerda al 'no compila' que tantos quebraderos de cabeza me traía en la universidad. Está claro que yo no compilo, que seguiré toda la vida obsesionándome con discos y canciones, atrapada en esas melodías que al mismo tiempo tan felices me hacen.

Así que con Air Tycoon me pasa lo mismo. No quiero compilar, quiero quedarme atrapa en estas redes hasta que entre un nuevo bucle, y así hasta el infinito.